Con poco más de seiscientos habitantes, esta pequeña localidad es un verdadero remanso de paz donde desconectar de la ajetreada vida diaria. La tranquilidad de su ambiente es ideal para pasear y descubrir su iglesia parroquial, los restos de la antigua torre que da nombre al pueblo o los parajes conocidos como Las Eras y Las Tejoneras, antiguos recintos dedicados a la trilla. En verano es imprescindible refrescarse en su enorme piscina que cuenta con una gran zona de sombra para que los más pequeños jueguen y disfruten a remojo. La gastronomía de La Vera es otro de los atractivos de Torremenga, que se puede disfrutar tranquilamente sentado en alguna de las terrazas de los bares y restaurantes de la localidad.